Darío Cavallo, ex jugador y sobrino de Timoteo Griguol, conversó con Juan Pablo Francia y Renzo Masciotra en el aire de TT Sports, emitido por Radio Trend Topic. Habló sobre el gran recuerdo y legado que dejó su tío, su forma de ser como persona y explicó por qué Griguol siempre fue un adelantado en el ámbito futbolístico.
Por Matías Monteagudo.
La pérdida de Timoteo Griguol fue un golpe muy duro para el fútbol argentino, pero por sobre todas las cosas, para su familia. Y Darío Cavallo lo sabe muy bien, porque además de ser el sobrino del gran Griguol, también fue uno de los tantos jugadores que dirigió y marcó para toda la vida, como el excelente maestro que supo ser. “Las muestras de cariño hacia Timoteo son superadoras y nos demuestran que su recuerdo será eterno”, expresó Cavallo, quien además ve con buenos ojos la posibilidad de que el estadio del «Verdolaga» lleve el nombre de su tío: “Para la familia sería un honor que un estadio como el de Ferro lleve el nombre de Timoteo”.
Muchas veces escuchamos decir que Griguol fue un adelantado y quizás no siempre se termina de entender por qué se dice eso. Para despejar cualquier tipo de duda, Cavallo lo explicó detalladamente: «En los años ´80 y ´90, Timoteo ya cortaba videos y te mostraba cómo jugaba el rival. Siempre fue un adelantado, se renovaba constantemente. Viajaba a Europa para ver al Barcelona y al Real Madrid y también iba a los mundiales. Entendía la función de todos los jugadores y sabía cosas que hasta el día de hoy muchos no saben». Y agregó: «Tenía un discurso futbolero muy simple y claro, era muy grato escucharlo. Hoy está de moda hablar con palabras difíciles, pero muchos hacen lo mismo que hacía Griguol en su época».
Claro está que la huella que dejó Timoteo en el fútbol argentino será imborrable, pero también lo será la que dejó como persona: «Timoteo siempre fue muy generoso en todos los lugares en los que estuvo. En Las Palmas (Córdoba) donó camisetas y comida, siempre estuvo presente. A mí me fue llevando de a poquito en mi carrera futbolística, pero siempre me insistió en que priorice el estudio para no llegar a los 30 años sin saber qué hacer en la vida. Así fue con toda la familia, nos dejó el baúl lleno de herramientas. Estoy muy agradecido con él», relató Cavallo, demostrando toda su admiración hacia su tío. Y concluyó: «Griguol siempre pregonó el fair play. Buscaba que sus jugadores no peguen patadas ni se hagan expulsar, nunca nos educó para sacar ventajas. Él se ponía a la par de todos los que lo rodeaban y los hacía mejores trabajadores y personas».
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