El equipo dirigido por Marcelo Gallardo superó 2-0 a Boca, en los primeros 90 minutos de las semifinales de la Copa Libertadores, y puso un pie en la final. Rafael Santos Borré e Ingacio Fernández marcaron los goles de la victoria millonaria. En Boca, descontento con el arbitraje y la influencia del VAR.
Los dos goles de diferencia tras el primer partido de la serie posicionan a River con más probabilidades de cara a la revancha. Los conducidos por Gallardo fueron fieles a la filosofía pregonada y planteada por el Millonario y rápidamente encontraron la ventaja. A los siete minutos de la primera etapa, el árbitro Rapahel Claus revisó, mediante el Videoarbitraje, una acción dentro del área xeneize en la cual Santos Borré había sido derribado por Emanuel Más y sancionó penal. El mismo delantero colombiano fue el encargado de ejecutarlo, convertirlo y darles la ventaja tempranera a los de Núñez.
Boca, por su parte, apostó a un esquema semejante al propuesto en el pasado y cercano Superclásico disputado en el marco de la Superliga, con líneas replegadas y un equipo agazapado para una réplica que jamás encontró. Tal fue así que, tras varias oportunidades despilfarradas -la ineficacia ofensiva continúa como uno los principales déficits de River- Nacho Fernández definió una gran jugada colectiva y, a falta de 21 minutos para la finalización del encuentro, le puso cifras definitivas a esta primera parte de la película.
El martes 22 de octubre, desde las 21.30 y en La Bombonera, el equipo de Gustavo Alfaro tendrá la oportunidad de revertir la historia o bien River, de seguir adelante en la redacción de la suya.