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Atrapado en Manfredonia, Italia, en contra de su voluntad. Se trata de Ramiro Martínez Dios, jugador de futsal que vistió la camiseta de River y hoy se encuentra en una situación más que particular a causa de la pandemia mundial. “Aerolíneas nos canceló el vuelo y tenemos que esperar hasta julio por lo menos”, contó preocupado.
Por Ignacio Sonderéguer
En Italia la cuarentena lleva ya más de un mes y se extenderá, al menos por ahora, hasta el 3 de mayo. Ramiro, aislado junto con su compañero Agustín Crocco, no cobra desde marzo su sueldo y se las arregla como puede. “El club nos está ayudando con viáticos”, aclaró. Le habían ofrecido renovar su contrato pero ahora eso quedó en un segundo plano porque “pensar en el futuro es quemarse la cabeza”. Mientras tanto, entrena como puede para intentar mantener el estado físico. “No corremos hace un mes, es mucho para este deporte, solo hacemos la parte de fuerza”, explicó.
Es cada vez mayor la presión de la liga italiana por volver a la actividad y la situación se torna insostenible. “No solo en el fútbol, todos empujan, de a poco se van liberando algunos sectores”, dijo. En lo que respecta a su situación, Ramiro acudió al consulado, a la cancillería, al Ministerio de Salud e hizo su reclamo en Aerolíneas Argentinas. A falta de soluciones, se contactó con otros jugadores de futsal varados en distintas partes de Italia para “buscar una alternativa” que los lleve a la Argentina. Fue iniciativa de Mariano Quintairo, que está en la región de Lacio.
“No te puedo explicar lo que pienso en el día en que vuelva a Argentina, será una alegría inmensa”, expresó el futbolista. Además, agregó con humor: “No voy a poder abrazar a mi familia porque voy a estar en cuarentena”. La incertidumbre del regreso lo preocupa. Lo que más lo angustia es no poder jugar al fútbol. Lo que más extraña: la familia. “En lo que más pienso, es en tomar ese mate”, afirmó.
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