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En el aire de #TTSports, por Radio Trend Topic, entrevistamos a Mónica Nizzardo, cofundadora de Salvemos al Fútbol, la histórica ONG que lucha para erradicar la violencia en el fútbol, en relación a los incidentes ocurridos en la cancha de Nueva Chicago.
Por Ignacio Sonderéguer.
El domingo 16 de febrero se vivió otro episodio oscuro protagonizado por el fútbol de Ascenso. Al inicio del encuentro entre Nueva Chicago y Temperley se produjeron serios incidentes en las tribunas. La barra local formó parte de un enfrentamiento en el cual se ve, a través de las cámaras, a más de veinte personas involucradas. Incluso aparecen varios de los protagonistas haciendo uso expreso de armas blancas. A pesar de que no estaban las condiciones dadas para el comienzo, el partido no fue suspendido. A los dos minutos de su inicio, el árbitro Emmanuel Ejarque se vio forzado a pararlo porque las peleas entre las facciones habían resurgido.
Mónica, con más de quince años de experiencia en materia de violencia deportiva, irrumpió en el inicio de la entrevista: “Realmente me siento indignada, me da bronca, impotencia. No hay falta de capacidad para solucionar lo que sucede con la violencia en el fútbol, sino que hay falta de voluntad política. Es más allá de los colores, de los diferentes presidentes. No quieren desarmar el negocio”. Ella lleva muchos años llevando casos a la justicia que, como es sabido, en Argentina actúa muy lentamente. El fútbol tiene un condimento propio que son los barras. “Deberían actuar desde la prevención, con la justicia no alcanza. Deberían encargarse al mismo tiempo desde la AFA que concentra todo los directivos de fútbol, junto con el Ministerio de Seguridad pero también con otros Ministerios. Los barras no son como Los Guapos del 900 (película argentina estrenada 1960) que se agarran en una esquina a ‘cuchillazos’, ellos ejercen su poder a través del miedo. Eso les rinde”, señaló la entrevistada.
Con respecto al incidente en Chicago en particular, se detuvo en lo siguiente: “Es indignante porque son gente conocida. Hoy veía declaraciones del fiscal cuya causa de Chicago le fue asignada (Adriana Bellavigna, fiscal de la Ciudad de Buenos Aires). Dijo que es muy difícil trabajar en la justicia cuando hay complicidades o connivencia con la policía”. La problemática de los barra bravas como grupo criminal organizado lleva muchos años, Mónica recordó algunos casos emblemáticos para rastrear la complejidad de la cuestión: “(Javier) Cantero en Independiente quedó solo, no tuvo apoyo de AFA, ni de otros directivos, ellos me dijeron: ‘bueno, qué querés que hagamos, si es en todos lados así, nosotros tenemos miedo’”. Detuvo su racconto y compartió una reflexión: “¿quién te obliga a ser directivo?”. Luego, siguió: “Hace más de diez años sucedía el caso de (Mario) Spinelli, (Secretario General de Platense) que en 2009 denunció a los barras por robar un talonario de entradas de la administración. Al día siguiente, le mandaron una corona de muertos (corona fúnebre) y tuvo que renunciar. En ese momento, Rubén Pérez, el encargado de seguridad (titular de CoProSeDe de la provincia de Buenos Aires) me dijo: ‘y bueno’; como explicando que lo supera la situación”.
También mencionó a Leopoldo Lugones, el titular de APreViDe (la agencia de prevención de la violencia en el deporte). Él viene del fútbol de Chicago, es de Mataderos. Su hermano trabajaba en la prensa cuando asesinaron a Marcelo Cejas -en junio del 2007 en la promoción Chicago-Tigre -. A partir de ese partido, se prohibió la entrada a los visitantes. Sobre ese hecho, Mónica se pronunció en contra: “Estamos en 2020 y seguimos sin visitantes. Porque no nos pueden cuidar ni noventa minutos dentro de un estadio. Vivimos en un país en el que se creía que la solución era quitarle a los ciudadanos un derecho cuando en realidad no tenemos nada que ver con la violencia”.
En SalvemosAlFútbol hacen charlas de concientización, los sociólogos trabajan en los barrios, y ellos contienen a las familias de las víctimas. Pero poca repercusión tienen en los medios. Según la entrevistada, las políticas aplicadas de parte del Estado no son más que un “‘como si’ estuvieran haciendo algo, hay mucha hipocresía. Es lamentable y desanima a la esperanza. Lo digo con dolor en el alma, voy a la cancha de ‘chiquita’, vengo de una familia futbolera que disfrutaba de comer de un asado en la ruta cuando jugábamos de visitante. Se hace difícil mantener una energía positiva”.
“Lo que pasó en Chicago está todo muy claro”, afirmó Nizzardo. “Se sabe nombres y caras. El fiscal y la justicia tienen todas las pruebas. Espero que avance y rápido para que haya una sanción ejemplificadora a la brevedad”, siguió. Un debate sin resolver en Argentina es no solo cuál debe ser la naturaleza de las sanciones por estos graves hechos, sino quienes deben asumirlas. Para ella, las penalidades deben tomar otro camino que el actual: “La sanción tiene que ir por el camino de lo institucional. He ‘sufrido’ como hincha las quitas de puntos. El castigo debiera ser a los dirigentes con nombre y apellido, ni siquiera a modo general. El dirigente es votado para cumplir una función protectora, no para que afecte al socio y al hincha”. “No se actualiza hace mucho el reglamento. Se trata de buscar de que todo entre en una confusión. En el fútbol no hay responsables, tiene que reinar la confusión. En una comisión directiva somos 28, no vas a encontrar nunca un responsable. Así se sale ileso de todos los problemas”, concluyó.
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